sábado, 9 de mayo de 2015

La democracia en la Escuela. De la teoría a la práctica.

En España, actualmente existe una democracia. La democracia es un sistema que permite organizar un conjunto de individuos, en el cual el poder no radica en una sola persona sino que se distribuye entre todos los ciudadanos. Por lo tanto, las decisiones see toman según la opinión de la mayoría.
La democracia tiene una serie de valores como la libertad, la igualdad, la fraternidad, la civilidad, la justicia, la participación, el pluralismo, la tolerancia, la legitimidad y legalidad, el respeto y la solidaridad. Y todos estos valores se transmiten a través de la enseñanza, con el objetivo de que los niños y niñas construyan su propia moral y se conviertan en ciudadanos demócratas.
En las escuelas esto está presente en los planes y programas de educación básica. El proceso educativo no se puede reducir al desarrollo de actividades aisladas, sino que es preciso aprovechar los distintos ámbitos formativos que se generan en la escuela.
El nivel preescolar, debe ser un espacio de vida democrática en el cual las niñas y los niños aprendan tanto a partir del ejemplo como de las experiencias reales a las que se enfrentan. Para esto se tienen que llevar a cabo una serie de actividades que impliquen que los alumnos se impregnen de lo que es la democracia. En la asamblea los niños y niñas pueden elegir los temas a tratar, realizar la función de coordinador. También son importantes los consejos escolares, donde las opiniones del alumnado son previamente consultadas para decidir los temas a tratar. Y no podemos olvidar la inclusión de competencias con objetivos básicos dentro del currículo.

Para hablar de este tema es casi obligatorio remontarse unos años atrás, y analizar la escuela cuando no había democracia, y así poder compararla con la escuela actual.
Cuando España se encontraba bajo un régimen franquista el modelo de escuela y de maestro era un modelo autoritario, en el que el maestro impartía sus clases y los niños escuchaban. No se daba lugar al dialogo, ni se tenían en cuenta los intereses del niño, ni se realizaban actividades manuales o creativas. Las técnicas que se utilizaban eran únicamente memorísticas y los contenidos que se trataban eran inflexibles.

Con el paso de los años esto ha ido evolucionando en una escuela mucho más flexible, que otorga una mayor importancia a la figura del niño. En la etapa de la Educación Infantil hemos notado mucho este cambio, sobre todo en las últimas décadas. Actualmente se considera a los niños y niñas como el centro de la Educación, por lo que se le ofrece un papel muy importante. Colaboran en la toma de decisiones, interactúan con los maestros y compañeros, aprenden de sus iguales, se fomenta la participación y el apoyo, se motiva a los niños utilizando técnicas que capten su atención, se realizan actividades creativas, etc.


Esto refleja claramente una democracia en las aulas. Pero no podemos olvidarnos de que el maestro es el principal responsable de que esto se cumpla, y no en todos los casos se hace o no se hace de la forma más adecuada. Por eso debemos seguir trabajando para que exista una democracia real y generalizada en todas las aulas desde la Educación Infantil hasta la Universitaria, pero haciendo especial hincapié en la primera etapa, puesto que en ella se empieza a formar la personalidad, y los niños absorben todo del entorno.

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